viernes, 6 de julio de 2012



BLACK & WHITE.

Yo nací en un mundo en blanco y negro.
Y todo lo que había alrededor era sobredimensionado por nuestros ojos nuevos que se llenaban constantemente con asombro.
Así, el parque era un bosque. Los perros eran lobos. Las chicas incalcanzables. La luna, un objeto de deseo. La guerra era "fría" y de un lado estaban los soviéticos y del otro los imperialistas yanquis.
Tomar un helado en Roxy era una verdadera aventura porque había que llegar hasta la  Avenida Mazatlán.
Los héroes usaban máscara para ocultar su identidad y los bikinis causaban sensación y sueños húmedos (muchos sueños húmedos).
Todo era "orgánico", y lo que no, pues era "inorgánico", chingá.
Teníamos bicis a las que les poníamos, en la llanta trasera, un globo para que pedorrearan como motocicletas. Los libros de texto gratuitos tenían en la portada, una patria mestiza que enarbolaba la enseña nacional y que no causaba sueños de ningún tipo.
Teníamos medianamente claros los conceptos antagónicos de bueno-malo y podíamos sin dificultad discernirlos.
Había mucho por descubrir.
 Quevedo, Ray Bradbury, Fantomas, Kalimán, Salgari y Verne iban con nosotros de la mano y nos ayudaban a ahuyentar a los monstruos y demonios.
Estabamos seguros en la casa y en la calle.
Y a pesar de todo esto que escribo, no tengo nostalgia ni añoro esos tiempos.
Tan sólo quiero que ese niño que fui y que acabo de ver en la esquina, sienta que hay alguien que lo cuida.
Que sepa que no está solo.
Que estamos aquí para velar sus sueños, los húmedos y los de un país mejor.
Que sepa que no todo tiempo pasado fue mejor.
Que hay que construir este tiempo para que sea mejor.
Y para que pueda ver, como el blanco y negro deslucido, se vuelve vibrante technicolor.
Lo deseo con todas mis fuerzas.

3 comentarios:

  1. Yo nací en un mundo a todo color, donde la imagen y el video era lo más importante, donde el propio apóstol Tomas abría podido creer cualquier mentira que le dijera la televisión, “hasta no ver no creer” es insostenible con los medios de masas que son parecidos al Ministerio de la Verdad de Orwell.
    Cuando tenía un año de nacido, callo el muro de Berlin, no era más que un simbolismo en capitalismo vivían ambas Alemanias, pero como símbolo vale, “el Fin de la Historia” lo llamaron los apólogos del sistema, la muerte de soñar otro mundo posible, claro eso yo no lo sabía entonces, para mi seguramente representaba el acostumbrarme a mi nuevo hermano menor que acaba de nacer.

    El primer recuerdo que tengo estructurado es el levantamiento zapatista, tenía 5 años y me moría de miedo, en los medios decían que podían llegar a la ciudad ¿tenía realmente miedo? Seguramente si, nana televisión todavía mandaba sobre nana librero, ¿quién diría entonces que 7 años después yo deseara que “ojala los zapatistas hubieran llegado al centro, ojala el pueblo se hubiera levantado”?

    La vida era peligrosa en Ecatepec, ahora lo se, pero entonces era solo salir a la calle a comprar u n kilo tortillas a un peso con noventa centavos, temer que las vacas del establo vecino no se escaparan y cuidarse (“total son 3 hermanos y entre ustedes se tienen que cuidar”).
    Para mi todo era escuela, en las mañanas aburriéndome en clases y en las tardes que mi padre o madre salieran de su trabajo en ellas para poder ir a casa ¿a qué? No lo se.

    Ya no había bueno y malo, solamente cuidarse de los malos que eran todos, llegar a la casa y encerrarse, como quién ante el miedo se esconde bajo una cobija.

    La televisión nos decía que no había nada que descubrir, todo esta al alcance de encender la pantalla y sentarse a aprender (¿?) verdades, el ultimo avance tecnológico, la llegada del Mars Global Surveyor a Marte, claro un 4 de julio, faltaba más, el como en el gobierno de Cardenas era responsable de la muerte de Paco Stanley y innumerables verdades hechas listas para ser escuchadas, aprendidas y repetidas.

    La vida fue, de menos, más divertida en la adolescencia, ya que se anido la idea de que todo tiempo futuro deberá ser mejor, ¿quién diría que protestar contra la invasión a Irak sería más determinante que la idea de mis padres de un futuro exitoso para su hijo?
    Esa ya es otra historia
    http://lacavernamoderna.blogspot.mx/2012/07/la-vida-de-un-nino-en-los-90s.html

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  2. leer tu entrada me dejo pensando sobre el tema, por ello escribo el comentario anteriór, un saludo Benito

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    1. Carnal, me encantó. Es otro mundo, otra vida, otro país distinto, yo, tu tiempo lo viví diferente (esa es también otra historia). Y tienes toda la razón del mundo. Todo tiempo futuro será mejor. Pero tendrá que ser un futuro donde estemos todos incluidos. Uno que construyamos juntos. Te abrazo donde estés. Benito

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